domingo, 6 de diciembre de 2015

aire...

Es como quedar atrapado en un mar de carne, los cuerpos amontonados de cualquier manera unos contra otros con piernas, brazos, codos, espaldas, pechos, hombros y rodillas clavándose por todas partes, en todas partes, y en cada estación se suben mas y mas y lo que era un espacio ajustados rápidamente se vuelve un lugar de cuerpos y nada de espacio, entonces es cuando empieza el calor, cada cuerpo a un mínimo de 37 grados con docenas y docenas de cuerpos agregando su aportación de calor y la temperatura empieza a subir y el sudor empieza a correr, primero en el pecho y la espalda, pero rápidamente se queda sin lugar para huir por que los cuerpos están tan apretados que solo llega a la conjunción con el siguiente cuerpo y empieza a acumularse, luego sigue la cara y la cabeza, cuando los Ríos de sudor empiezan a correr es entonces cuando la cosa se pone bochornosa, por que el calor esta en todas partes y no hay para donde hacerse, a estas alturas podemos dar por vencido al desodorante, la Colonia o el perfume, pues lo único que se puede aspirar es el espeso caldo de olores corporales mezclados unos con otros que golpean sin piedad al sentido del olfato, oficinistas, Secretarias, cocineros, Cargadores, albañiles, y demás añaden su respectivo aporte a la mezcla, en este punto he visto a mas de uno no resistir y buscar la puerta en la siguiente estación y buscar sobre todo el aire con la desesperación de quien se ha hundido en el mar y trata de alcanzar la superficie, los demás simplemente nos abstraemos a la realidad que nos rodea y esperamos, pensando "ya falta una estación menos" y aferrándonos a ese sencillo manera como quien camina por el desierto en pos del Oasis, pensado "ya falta una duna menos", y llega el punto en que el aire esta tan viciado que las mismas fosas nasales se cierran en reflejo y aspiramos solamente rodajas de hediondas emanaciones, hasta que finalmente llega el momento de bajar, ese maravilloso momento en que con golpes y empujones te antes camino a la salida y nada mas importa que esa sola bocanada de aire, que huele a smog y suciedad y que aun así es vigorosamente refrescante y los pulmones lo reciben con sincera gratitud...

El metro en hora pico...

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