domingo, 6 de diciembre de 2015

al borde del delirio

texto basado en el personaje "delirio" de Neil Gaiman

Hay quienes piensan que los locos simplemente decidimos abandonar la cordura, pero no entienden, no pueden comprender que lo que hemos dejado atrás no es comparable desde ningún punto de vista cuerdo con aquello que recibimos a cambio.
Recuerdo el momento en que yo decidí dejar la cordura de lado, estaba sentado en el parque viendo a la gente que pasaba sin verme, o quizá solo me ignoraban, cuando la vi caminar hacia mi, una niña que no podría tener mas de 13 o 14 años, vestida de forma estrafalaria, con su cabello ondeando al aire… pero no había viendo y con cada paso que daba el color de este cambiaba como si estuviera formado por peces de colores que nadan a toda velocidad en el agua, y es que había peses de colores en su cabello!!!, bailaban alrededor de ella, estaban un momento y desaparecían al siguiente, trataba en vano de captar a detalle alguno de los peces, pero se movían tan rápido que parecían no estar ahí realmente, arrastraba tras de si tantos colores, todos los colores y se sentó a mi lado, me miro y sonrió, sus ojos eran extraños y tan atrayentes, su ojo izquierdo miraba al mundo desde un vitral verde como el agua del fondo de un lago y su ojo derecho era un orbe de azul, como si hubiera arrancado un trozo de cielo en un día perfecto sin nubes.
La niña de los peces de colores comenzó a juguetear con sus pies con el racimo de flores que empezaron a crecer a su alrededor en el momento que se sentó junto a mi.
-          Te gustan mis peces de colores?. Me dijo.
Ahora los peces se habían desprendido de su cabello y nadaban alrededor nuestro, extendí mis manos y les sentí rozar mis dedos, nadaban en el aire, y provocaban pequeñas ondas a su alrededor y solo acerté a asentir y observar embobado mientras colores que se separaban de las ondas pintaban el aire entre nosotros de tonos que jamás había imaginado hasta ahora, pero que no podría olvidar nunca mas, ahora jugueteaban entre nuestros pies, entonces se levantó y los colores le siguieron y me quede de nuevo en el mundo real y gris, en un lugar sin peces de colores y flores que brotan del aire y el terror que dejo su ausencia en el aire me asalto, me levante de golpe y le llame.
-          Espera!! Cómo te llamas? Quién eres??!!
-          Mis hermanos me llaman Delirio. Fue todo cuanto dijo.
Y el tiempo que parecía haberse detenido, de repente estaba corriendo de nuevo, mientras el ruido del mundo caía sobre mí y ella se había marchado.
Metí la mano en el bolsillo y un roce entre mis dedos y entonces lo supe, esta no sería la última vez nos encontráramos, saque al pececillo de mi bolsillo y se puso a dar vueltas sobre mi mano, sabía que no había marcha atrás, la cordura me abandonaba y yo no podía estar más entusiasmado por ello.

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