domingo, 6 de diciembre de 2015

viaje de noche

El altavoz anunciaba que el último tren pasaría en cualquier momento y la estación cerraría inmediatamente después de su partida, había corrido 3 cuadras temiéndome no alcanzarlo y ahora el corazón me volvía a su lugar mientras esperaba en el andén a que llegara, gotas de lluvia caían a todo lo largo del techo, la lluvia de la calle me había alcanzado incluso en estas profundidades y un charco se había formado alrededor de mis pies pues toda mi ropa estaba empapada, un viento helado se colaba desde los respiradores de la estación, como la boca de extrañas criaturas que conversaban en los rincones oscuros sobre mi cabeza, el último tren del otro lado del andén llego a la estación y de repente el lugar se quedo vacío, podía escuchar un escoba barriendo alguna parte de la estación y voces que conversaban en voz baja, pero no había nadie a la vista, mientras toda mi atención se centraba en la boca negra del túnel y la luz que seguía esperando que apareciera en cualquier momento comencé a sentir que los minutos trascurrían con exasperante lentitud, y se alargaban por horas, veía mi reloj una y otra vez, y 5 minutos se convirtieron en 10, y estos en 20 y mientras la desesperación se apoderaba de mi por momentos, también la indecisión, podría correr a la salida, pero que tal si el ultimo tren todavía pasaba? Me recargue en la pared y cerré los ojos por unos momentos pensando en que si la estación cerraba seguramente alguien vendría a echarme fuera, o que si el tren pasaba podría llegar pronto a mi casa.

Abrí los ojos de golpe sintiendo que me había quedado dormido, mi reloj marcaba ya las 12:30 y me resigne a perder el tren y tener que caminar a casa, me levante solo para darme cuenta con temor de que había otra persona en el andén, de pie junto a las escaleras que salían de la estación, camine con cuidado de hacer poco ruido, la persona era un hombre de unos 40 años vestido con un traje ajado y bastante arrugado que seguramente debió estar de moda en mejores días, el hombre mantenía la mirada en el suelo mientras se balanceaba sobre sus pies como si estuviera borracho, al pasar por su lado dejo de moverse levemente, y al dejarlo atrás y comenzar a subir las escaleras me dijo con su voz de borrachín.
-       El tren no tarda en pasar sabe?
-       Ya pasan de las doce y media, no creo que pase a esta hora. Le dije y seguí subiendo la escalera.
Pero mi asombro fue mayor al ver a otra persona que bajaba la escalera con buen paso y de dos en dos escalones, era un muchacho, quizá solo un poco menor que yo, cargado con una pesada mochila y la misma cara de preocupación que debía tener yo al llegar corriendo a la estación, disminuí el paso y le escuche decir al hombre que ya estaba en el anden.
-       Ha pasado ya el último tren?
No alcance a escuchar la respuesta del otro hombre, pero el joven exclamo un sonoro suspiro de alivio y se acercó mas a la orilla del anden.
La curiosidad y la duda me invadieron por partes iguales y casi a regañadientes baje la escalera y me acerque al joven para preguntarle
-       Pensé que habían cerrado la estación hace rato.
-       Siempre te dejan pasar para alcanzar el último tren. Fue todo cuanto dijo por respuesta.
Me pareció escuchar un sonido agudo que venia del túnel y me acerque a la orilla para poder otear si mi salida de aquel lugar finalmente había llegado, el reloj marcaba casi la una, y otra silenciosa silueta bajaba por la escalera, esta era una mujer vestida de manera sobria que hacía sonar los tacones de sus zapatos en cada escalón hasta llegar junto al resto y colocarse a unos metros de mi, comenzaba a sentirme muy intranquilo entre estos extraños personajes.
Casi sin ruido el tren finalmente se deslizo en la estación, las puertas se abrieron, nadie bajo, entramos todos en el mismo vagón vacío, pero justo antes de cerrarse las puertas un individuo mas entro en el carro, yo sabía que no había forma de que hubiera bajado las estaciones y corrido hasta las puertas sin que lo hubiera visto, pero ahí estaba, acomodando su pesado corpachón en un asiento mientras lanzaba miradas al resto de los pasajeros.
por las ventanas al frente del vagón se podía ver un par de personas en el siguiente vagón, de pie al centro del vagón, de cara a las puertas, pero mirando fijamente el suelo.
Cerré los ojos un momento y una vez mas perdí la noción del tiempo debido al cansancio y al abrirlos seguíamos viajando a buena velocidad por el túnel, debí pasar varias estaciones sin darme cuenta por que el reloj ya marcaba la una, el borrachín se levantó y se coloco junto a la puerta, estábamos llegando finalmente a una estación, el sitio estaba vacío y varias de las luces estaban apagadas, no alcanzaba a leer el nombre de la estación, temí haberme pasado de mi parada y me iba a bajar cuando el borrachín me detuvo con la mirada y me dijo.
-       Esta no es todavía su parada muchacho… todavía no.
Silenciosamente el resto de los pasajeros lo siguieron fuera del tren mientras yo los veía, estupefacto, el frio de la noche me tenía atenazado y clavado al suelo frente a las puertas(o eso quería creer yo para no admitir que un miedo profundo era lo que realmente me detenía).
Las puertas se cerraron de golpe y el tren siguió su marcha, mientras yo seguía con la mirada a las persona que acababan de bajar del tren perderse en un pasillo mal iluminado de esa estación que no tenía ni idea de cual era, después de lo que me pareció una eternidad de pie junto a la puerta el tren finalmente llegaba a mi estación, toda iluminada, pero vacía, el alivio que sentí fue tal que subí corriendo las escaleras de la estación para salir de ahí antes de que cerraran por completo, pero fue mayor al toparme en la entrada a un empleado de la estación retirando los pesados candados y cadenas de la reja de la estación para dejar entrar a los primero viajeros del día, el reloj sobre la taquilla marcaba las 5 de la mañana.

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